Tomás tiene 10 años y no sabe escribir en cursiva. Si bien la aprendió cuando era más pequeño, prácticamente no recuerda esas letras; especialmente las mayúsculas. Cuando su mamá le pregunta porqué no la usa, contesta que la letra de molde le resulta más fácil. Para las nuevas generaciones, la vida transcurre en imprenta, de la mano de las computadoras, los celulares y las tablets. Y a decir verdad, la mayoría de los adultos ya no escribe a mano; menos, en cursiva. La pandemia ha acelerado el reemplazo de la escritura manuscrita por el uso de los dispositivos tecnológicos. Así las cosas, ¿es necesario que se siga enseñando la cursiva?

Alejandra Strizic se ríe ante la pregunta. "¡Qué tema escabroso! Tiene tanto debate", responde esta docente de los niveles inicial y primario. Pero en vez de continuar con la charla, pide tiempo para pensar. Y al cabo de unas horas, envía cinco fotografías de unas hojas: ha escrito a mano y en cursiva sus contestaciones.

"Hoy necesitamos una educación que nos prepare tanto para la escritura digital como para la manuscrita".

"Cómo verás, yo escribo todo en cursiva. Creo que es necesaria en los primeros años de escolarización de los niños", explica. ¿Las razones? "Favorece el desarrollo cognitivo y motor", justifica en el encabezado de su texto. Además y según algunos estudios citados por Strizic, la cursiva apuntala la motricidad fina; facilita el movimiento una vez automatizado; ayuda a percibir la palabra como un todo; evita la tendencia a efectuar una escritura sin los espacios correspondientes entre palabra y palabra; promueve la transformación del pensamiento al lenguaje escrito y colabora con el cerebro en el desarrollo de una especialización por área, donde se integran la sensación, el control del movimiento y el razonamiento. "Con tantas cualidades, ¿por qué nos enseñarla?", se pregunta, con humor.

La discusión sobre si tiene sentido la letra de carta -cuyas características más comunes son la inclinación y la concatenación- no es nueva: desde 2016 en Finlandia los chicos aprenden solo la imprenta y desde 2014 en Estados Unidos la cursiva no es obligatoria, ha consignado el diario La Nación en un reciente informe. En Tucumán, en general no se obliga a los alumnos de primaria a que escriban cursiva. La aprenden y luego se les permite elegir con cuál forma de escritura se sienten cómodos.

"Cada chico debe utilizar la letra que le sea más fácil".

Con sus 28 años de docencia y 15 años en el colegio Santa Rosa, Sandra Izquierdo se caracteriza por la simpleza con la que afronta los desafíos. "La cursiva es todo un tema de discusión", admite, en consonancia con los dichos de Strizic. Y también ella resalta que esta tipografía sirve para que los estudiantes disciplinen su motricidad fina. "En realidad, se comienza con imprenta mayúscula, que es más fácil. Después se incorpora, de manera paulatina, la letra de carta. Les presentamos los cuatro tipos. Y finalmente los alentamos a que escriban con la que les guste", cuenta.

En su opinión, cada chico debe utilizar la letra que le sea más fácil. "He trabajado con alumnos con algún dislexia o Trastorno Específico del Lenguaje que usan computadora", ejemplifica. Por otra parte, destaca que la mayoría de los libros están escritos con imprenta minúscula. "Desde ese lugar, sería ideal que ellos usaran esa letra, pero es difícil aprenderla al comienzo", razona.

A su turno, Carolina Ruiz -docente en un tradicional colegio privado de Yerba Buena- resalta que las formas de narrar y de expresarse han cambiado. Los medios digitales y las nuevas generaciones están marcando un rumbo del que muchas veces la escuela tradicional se aleja, advierte.

"¡Qué tema escabroso! Tiene tanto debate".

- ¿Habría que impartir solo la letra de molde?

- Esa es una disyuntiva en la que se encuentran inmersos los docentes y sobre la que no hay investigaciones fiables que posicionen una postura por sobre la otra. El acento, más que en la forma, debería estar puesto en la función comunicativa. Si la letra cursiva desaparecerá o no, dependerá del uso y del valor que le den las generaciones futuras.

- ¿Cree atinado destinar más esfuerzos a la enseñanza de la escritura digital?

- Estamos en un tiempo de transición. Hay muchos sectores que aún no tienen acceso a la tecnología, por lo que no puede desterrarse lo manuscrito. Al menos hasta que el mundo esté totalmente digitalizado. Hoy necesitamos una educación que nos prepare tanto para la escritura digital como para la manuscrita.

- Hemos accedido a la historia de la humanidad a través de la escritura. ¿Qué ocurriría si por algún acontecimiento global, como una guerra, se perdiera lo digital? ¿Qué quedaría para estas generaciones que no aprendieron a escribir en forma manual?

- La habilidad de escribir a mano permite autonomía en la comunicación. Es un recurso que acompaña a la persona en forma independiente de la realidad que la circunda. Lo digital, en cambio, necesariamente obedece a factores externos. Ambas formas desarrollan herramientas y habilidades diferentes que se complementan y son necesarias para los niños y adolescentes.

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En definitiva, aunque la letra cursiva parezca perder vigencia absoluta y la pandemia haya consolidado otros modos de escritura, las voces de las educadoras se oyen unísonas: la escritura a mano ocupa un rol importante en el desarrollo de los niños que, al menos por un tiempo, podríamos salvaguardar.

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¿Tiene sentido seguir enseñando a escribir con letra de carta?